Las bajas temperaturas es un indicativo importante para prestar atención a tu automóvil. El frío afecta a tu coche de muchas formas, no solo a la hora de hablar del propio motor, ya que los neumáticos, parabrisas, el aceite y otros elementos pueden verse damnificados a causa de las bajas temperaturas. Es por ello, que tomar precauciones y conocer en qué afecta este tipo de climatología a las piezas y elementos de nuestro automóvil puede librarnos de problemas mayores y de averías que con la atención adecuada se pueden subsanar.
En los líquidos del coche, ya sea en el agua del parabrisas o en el aceite del motor, el frío desencadenará efectos de congelación. El aceite puede verse más viscoso si este es de tipo 20W. De hecho, los problemas con los líquidos aumentan en invierno. Sin embargo, en los líquidos de freno y en el combustible, el frío no supone un problema real, ya que no se alteran hasta temperaturas por debajo de los 80 grados. Sin embargo, si que es importante vigilar los frenos, ya que pueden perder eficacia.
En el caso de los neumáticos observaremos cómo pierden presión, sobre todo por cada 5 grados centígrados que desciende la temperatura. También podrá verse afectada la capacidad de agarre de los neumáticos. En cuanto a la batería, esta cede potencia al arrancar el automóvil, con lo que se dificulta poner en marcha el vehículo, algo que causa 1 de cada 5 averías en invierno. Esto se suma al fallo de los sistemas eléctricos, cuyas posibilidades de avería aumentan en temporadas de frío.
Otro factor importante y que requiere de vigilancia en tu coche es el del sistema de climatización, el cual es importante revisar su funcionamiento para que, además de combatir el frío, ofrezca la máxima visibilidad. Si quieres conocer más información sobre los cuidados que necesita tu vehículo, ponte en contacto con nuestros asesores y te ofreceremos la información más actualizada posible. ¡Te esperamos!